viernes, 29 de julio de 2011

Panteón de San Fernando

El pasado miércoles 27 de julio como parte de las actividades llevadas a cabo por la Secretaría de Cultura del Distrito Federal en su programa "Noche de Museos", hubo visitas nocturnas en el panteón de San Fernando; y a mí que no me gusta visitar camposantos, se me movió la gana y cuando me di cuenta ya estaba ahí tomando decenas de fotos para compartir con los inexistentes visitantes de este Sótano.

Antes que nada, debemos saber que dicho panteón es uno de los más antiguos dentro de la Ciudad de México, funcionó entre 1832 y 1871, en dicho recinto se enterraron los restos de diversas personalidades del siglo XIX, entre los que destacan Benito Juárez, Miguel Miramón, Anastacio Bustamante y Santiago Xicotencatl entre muchos otros.

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Esta lápida llama poderosamente la atención porque la susodicha jamás pisó suelo mexicano y murió en Francia (Wikipedia)
¡Vaya admiradores!

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miércoles, 20 de julio de 2011

Los museos de Metaxiphos - Salvador Elizondo

Es bien sabido –y el testimonio de Paul Valéry lo confirma en la más elaborada de sus Histoires brisées– que nadie se ha aventurado más de unas cuantas leguas a lo largo de ese brazo de arena finísimo que se extiende hacia el sur desde la isla de Xiphos y que se supone o bien que no termina nunca o que se ensancha y se convierte en otra isla o casi isla que la conseja o la leyenda nombran Metaxiphos. De hecho la existencia conjetural de esta península remotísima ha dado lugar al más desaforado tráfico de leyendas que los xipheños, astutos comerciantes, tratan de capitalizar. Las agencias de viajes ofrecen visitas guiadas a Metaxiphos, pero los propios turistas deciden o imploran, después de algunas horas de viaje, volver a Xiphos. Abundan los testimonios falsos que bajo todas las formas literarias conocidas se contradicen radicalmente entre ellos y por lo tanto no son dignos de confianza, así que escojo entre las que han llegado a mis manos la única que tiene la descarada pretensión de ser una publicación oficial, printed and made in Metaxiphos; su distribución, dice, es gratuita. Se trata de una Guía de los museos de Metaxiphos. En una breve introducción firmada por el Cuidador General de los Museos se nos informa que en Metaxiphos no hay nada, solamente museos. Luego vienen sumariamente descritas las colecciones, ahorrando al visitante o al lector las enervantes enumeraciones o las referencias eruditas incomprensibles al turista sensuel moyen

Resumo y compendio a continuación la descripción de las principales colecciones.

El folleto comienza con la descripción del Museo Analógico. No dice cuándo fue fundado ni por quién. En él se exhibe una rica colección de cosas ficticias, objetos artificiales, obras apócrifas, documentos falsos, imitaciones tan perfectas que es imposible distinguirlas de sus modelos más que por la discriminación y la diferenciación minuciosa de su materia, su forma y su función que entre ellas están trastocadas y confundidas. El diorama llamado “Guillermo Tell” nos muestra una flecha y una manzana; la flecha es de la materia frutal de la manzana y ésta es de hierro, madera y plumas. Asimismo se conservan allí algunos objetos –no muchos– que a pesar de ser ficticios no difieren de los originales no en la forma ni en la función ni en la materia y algunos –pocos pero muy interesantes– en que estas cualidades son sometidas a sutilísimas combinaciones. Hay también muestras de objetos idénticos de forma y función pero de materia diferente: un par de hachas, una de hierro y otra de corcho que no difieren una de la otra ni siquiera por el peso.

Cita 505

"La conmiseración con los animales está íntimamente ligada con la bondad de carácter, de tal suerte que se puede afirmar seguro que quien es cruel con los animales, no puede ser buena persona. Una compasión por todos los seres vivos es la prueba más firme y segura de la conducta moral."

Arthur Schopenhauer (1788 - 1860) Filósofo alemán.

sábado, 2 de julio de 2011

Tratado IV (apócrifo) del Lazarillo de Tormes

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miércoles, 8 de junio de 2011

Fernando Delgadillo en concierto 20-05-11 Ciudad Universitaria

El pasado 20 de mayo este quimérico individuo tuvo la suerte de presenciar un concierto de Fernando Delgadillo en "las islas" de Ciudad Universitaria y, como siempre pienso en ustedes, queridos (dos) lectores, les traje este par de videitos:

¡Ay, amor¡

Llamadas anónimas




Sé que se ven borrosos los videos, pero es lo más que se puede lograr con una camarita como la mia, lo siento. Eso es todo por el momento; sin embargo, si hay chance, más adelante les traeré unos "emepetreces" que grabé del concierto.

domingo, 10 de abril de 2011

Allá te espero...

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Paneteón de Dolores. Ciudad de México 06/04/11

Según yo, a la derecha, sobre los árboles, se ve una calavera que está mirando hacia acá, pero dice mi hermano que él no ve nada ¿ustedes ven algo?

jueves, 7 de abril de 2011

Capilla de los panaderos

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Panteón de Dolores, lote de panaderos. Ciudad de México. 06/04/11

Cita 504

"Si yo encuentro un solo taurino que se ofrezca de voluntario a que lo piquen, le claven tres pares de banderillas y después le atraviesen con una espada y le gusta, cambio mi forma de pensar ."

Álvaro Munera Builes (1965 - ) Ex-torero y animalista colombiano.

Sin título (se aceptan sugerencias)

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Panteón de Dolores, sección de los niños. Ciudad de México. 06/04/11

miércoles, 6 de abril de 2011

La viuda

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Panteón de Dolores. Ciudad de México 06/04/2011

Pues sí, quimeras, otra vez me fuí a "panteonear" al camposanto de Dolores. En breve publicaré más, espero les gusten.

lunes, 4 de abril de 2011

Carta abierta a políticos y criminales

 
Javier Sicilia


MÉXICO, DF., 3 de abril (Proceso)

El brutal asesinato de mi hijo Juan Francisco, de Julio César Romero Jaime, de Luis Antonio Romero Jaime y de Gabriel Anejo Escalera, se suma a los de tantos otros muchachos y muchachas que han sido igualmente asesinados a lo largo y ancho del país a causa no sólo de la guerra desatada por el gobierno de Calderón contra el crimen organizado, sino del pudrimiento del corazón que se ha apoderado de la mal llamada clase política y de la clase criminal, que ha roto sus códigos de honor.

No quiero, en esta carta, hablarles de las virtudes de mi hijo, que eran inmensas, ni de las de los otros muchachos que vi florecer a su lado, estudiando, jugando, amando, creciendo, para servir, como tantos otros muchachos, a este país que ustedes han desgarrado. Hablar de ello no serviría más que para conmover lo que ya de por sí conmueve el corazón de la ciudadanía hasta la indignación. No quiero tampoco hablar del dolor de mi familia y de la familia de cada uno de los muchachos destruidos. Para ese dolor no hay palabras –sólo la poesía puede acercarse un poco a él, y ustedes no saben de poesía–. Lo que hoy quiero decirles desde esas vidas mutiladas, desde ese dolor que carece de nombre porque es fruto de lo que no pertenece a la naturaleza –la muerte de un hijo es siempre antinatural y por ello carece de nombre: entonces no se es huérfano ni viudo, se es simple y dolorosamente nada–, desde esas vidas mutiladas, repito, desde ese sufrimiento, desde la indignación que esas muertes han provocado, es simplemente que estamos hasta la madre. 

Estamos hasta la madre de ustedes, políticos –y cuando digo políticos no me refiero a ninguno en particular, sino a una buena parte de ustedes, incluyendo a quienes componen los partidos–, porque en sus luchas por el poder han desgarrado el tejido de la nación, porque en medio de esta guerra mal planteada, mal hecha, mal dirigida, de esta guerra que ha puesto al país en estado de emergencia, han sido incapaces –a causa de sus mezquindades, de sus pugnas, de su miserable grilla, de su lucha por el poder– de crear los consensos que la nación necesita para encontrar la unidad sin la cual este país no tendrá salida; estamos hasta la madre, porque la corrupción de las instituciones judiciales genera la complicidad con el crimen y la impunidad para cometerlo; porque, en medio de esa corrupción que muestra el fracaso del Estado, cada ciudadano de este país ha sido reducido a lo que el filósofo Giorgio Agamben llamó, con palabra griega, zoe: la vida no protegida, la vida de un animal, de un ser que puede ser violentado, secuestrado, vejado y asesinado impunemente; estamos hasta la madre porque sólo tienen imaginación para la violencia, para las armas, para el insulto y, con ello, un profundo desprecio por la educación, la cultura y las oportunidades de trabajo honrado y bueno, que es lo que hace a las buenas naciones; estamos hasta la madre porque esa corta imaginación está permitiendo que nuestros muchachos, nuestros hijos, no sólo sean asesinados sino, después, criminalizados, vueltos falsamente culpables para satisfacer el ánimo de esa imaginación; estamos hasta la madre porque otra parte de nuestros muchachos, a causa de la ausencia de un buen plan de gobierno, no tienen oportunidades para educarse, para encontrar un trabajo digno y, arrojados a las periferias, son posibles reclutas para el crimen organizado y la violencia; estamos hasta la madre porque a causa de todo ello la ciudadanía ha perdido confianza en sus gobernantes, en sus policías, en su Ejército, y tiene miedo y dolor; estamos hasta la madre porque lo único que les importa, además de un poder impotente que sólo sirve para administrar la desgracia, es el dinero, el fomento de la competencia, de su pinche “competitividad” y del consumo desmesurado, que son otros nombres de la violencia. 

De ustedes, criminales, estamos hasta la madre, de su violencia, de su pérdida de honorabilidad, de su crueldad, de su sinsentido. 

Antiguamente ustedes tenían códigos de honor. No eran tan crueles en sus ajustes de cuentas y no tocaban ni a los ciudadanos ni a sus familias. Ahora ya no distinguen. Su violencia ya no puede ser nombrada porque ni siquiera, como el dolor y el sufrimiento que provocan, tiene un nombre y un sentido. Han perdido incluso la dignidad para matar. Se han vuelto cobardes como los miserables Sonderkommandos nazis que asesinaban sin ningún sentido de lo humano a niños, muchachos, muchachas, mujeres, hombres y ancianos, es decir, inocentes. Estamos hasta la madre porque su violencia se ha vuelto infrahumana, no animal –los animales no hacen lo que ustedes hacen–, sino subhumana, demoniaca, imbécil. Estamos hasta la madre porque en su afán de poder y de enriquecimiento humillan a nuestros hijos y los destrozan y producen miedo y espanto.

Ustedes, “señores” políticos, y ustedes, “señores” criminales –lo entrecomillo porque ese epíteto se otorga sólo a la gente honorable–, están con sus omisiones, sus pleitos y sus actos envileciendo a la nación. La muerte de mi hijo Juan Francisco ha levantado la solidaridad y el grito de indignación –que mi familia y yo agradecemos desde el fondo de nuestros corazones– de la ciudadanía y de los medios. Esa indignación vuelve de nuevo a poner ante nuestros oídos esa acertadísima frase que Martí dirigió a los gobernantes: “Si no pueden, renuncien”. Al volverla a poner ante nuestros oídos –después de los miles de cadáveres anónimos y no anónimos que llevamos a nuestras espaldas, es decir, de tantos inocentes asesinados y envilecidos–, esa frase debe ir acompañada de grandes movilizaciones ciudadanas que los obliguen, en estos momentos de emergencia nacional, a unirse para crear una agenda que unifique a la nación y cree un estado de gobernabilidad real. Las redes ciudadanas de Morelos están convocando a una marcha nacional el miércoles 6 de abril que saldrá a las 5:00 PM del monumento de la Paloma de la Paz para llegar hasta el Palacio de Gobierno, exigiendo justicia y paz. Si los ciudadanos no nos unimos a ella y la reproducimos constantemente en todas las ciudades, en todos los municipios o delegaciones del país, si no somos capaces de eso para obligarlos a ustedes, “señores” políticos, a gobernar con justicia y dignidad, y a ustedes, “señores” criminales, a retornar a sus códigos de honor y a limitar su salvajismo, la espiral de violencia que han generando nos llevará a un camino de horror sin retorno. Si ustedes, “señores” políticos, no gobiernan bien y no toman en serio que vivimos un estado de emergencia nacional que requiere su unidad, y ustedes, “señores” criminales, no limitan sus acciones, terminarán por triunfar y tener el poder, pero gobernarán o reinarán sobre un montón de osarios y de seres amedrentados y destruidos en su alma. Un sueño que ninguno de nosotros les envidia. 

No hay vida, escribía Albert Camus, sin persuasión y sin paz, y la historia del México de hoy sólo conoce la intimidación, el sufrimiento, la desconfianza y el temor de que un día otro hijo o hija de alguna otra familia sea envilecido y masacrado, sólo conoce que lo que ustedes nos piden es que la muerte, como ya está sucediendo hoy, se convierta en un asunto de estadística y de administración al que todos debemos acostumbrarnos. 

Porque no queremos eso, el próximo miércoles saldremos a la calle; porque no queremos un muchacho más, un hijo nuestro, asesinado, las redes ciudadanas de Morelos están convocando a una unidad nacional ciudadana que debemos mantener viva para romper el miedo y el aislamiento que la incapacidad de ustedes, “señores” políticos, y la crueldad de ustedes, “señores” criminales, nos quieren meter en el cuerpo y en el alma.

Recuerdo, en este sentido, unos versos de Bertolt Brecht cuando el horror del nazismo, es decir, el horror de la instalación del crimen en la vida cotidiana de una nación, se anunciaba: “Un día vinieron por los negros y no dije nada; otro día vinieron por los judíos y no dije nada; un día llegaron por mí (o por un hijo mío) y no tuve nada que decir”. Hoy, después de tantos crímenes soportados, cuando el cuerpo destrozado de mi hijo y de sus amigos ha hecho movilizarse de nuevo a la ciudadanía y a los medios, debemos hablar con nuestros cuerpos, con nuestro caminar, con nuestro grito de indignación para que los versos de Brecht no se hagan una realidad en nuestro país. 

Además opino que hay que devolverle la dignidad a esta nación.

Esta carta se publica en la edición 1976 de la revista Proceso, ya en circulación.