Jajajaja, me recordó a mis vecinitos de cinco años: subía las escaleras de mi casa y al llegar a mi piso vi que los niños se cuchicheaban y reían, entonces uno me miró al tiempo que mostraba sus dientes de mazorca a medio comer — Je, estamos hablando de mujeres — me dijo, y yo no pude aguantarme la risa... apenado por interrumpir la plática de tan delicado asunto.
René Ostos ;)
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